Fuente IDEAL, Sábado 5 de abril de 2008
Fuente Diario Jaén, Sábado 5 de abril de 2008
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados.
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales…
La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos.
En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante se dirigió a un hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
a.. Buenos días.
b.. Buenos días - Respondió el guardián.
c.. ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
d.. Esto es el Cielo.
e.. ¡Qué bien que hayamos llegado al cielo, porque estamos sedientos!
f.. Usted puede entrar y beber tanta agua comoquiera.
Y el guardián señaló la fuente.
g.. Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…
h.. Lo siento mucho - Dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.
Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles.
A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero.
Posiblemente dormía.
Buenos días - dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
- Tenemos mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
Hay una fuente entre aquellas rocas - dijo el hombre, indicando el lugar. - Podéis beber tanta agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
- Podéis volver siempre que queráis - Le respondió éste.
- A propósito
¿Cómo se llama este lugar?- preguntó el hombre.
- EL CIELO.
- ¿El Cielo? ¿Sí? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
- Aquello no era el Cielo, era el Infierno - contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.
- ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! - advirtió el hombre.
- ¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos…
Paulo Coelho
Nunca pensé que llegaría
Nunca creí en ese momento
Te cambia la vida
Sin que tengas nada para seguirla...
Te cambia y no piensas
En lo que te olvidas
Y te despiertas un buen día
Lo ves todo al revés
Miras atrás ves tu camino
El que hicieron tus pies...
Y mandas besos para todos
Los que volverás a ver
Tantos recuerdos enlatados
En fotos de carné
En lágrimas de ayer
En todos los momentos que a tu lado
Yo esperé...
Que cuando me vaya
No caiga una lágrima por mí
Que sólo quede la amistad...
Tantos sueños que recordar...
Que cuando me vaya
Y coja ese tren una vez más
Y ya no entre por mi ventana
Ese dulce olor a sal...
Que cuando me vaya... de aquí
De mi tierra, de mi gente
De mi tierra, la que me vió nacer
La que me vió crecer, la que me vió ganar
Y me enseñó a perder
Si quieres oirla, pincha AQUÍ
Saber esperar
El guerrero de la luz necesita tiempo para sí mismo. Y dedica este tiempo al descanso, a la contemplación, y al contacto con el Alma del Mundo. Incluso en mitad de un combate, él consigue meditar.
En ciertas ocasiones, el guerrero se sienta, se relaja, y deja que todo lo que ocurre a su alrededor simplemente continúe ocurriendo. Lo mira todo lo que le rodea como un espectador, sin pretender crecer o disminuir, tan sólo entregándose sin resistencia al movimiento de la vida.
Poco a poco, todo lo que parecía complicado empieza a simplificarse. Y el guerrero se alegra.
Descubriendo el objetivo
Cuando alguien quiere algo, el Universo entero conspira a su favor. El guerrero de la luz lo sabe bien.
Por esta razón, es muy cuidadoso con sus pensamientos. Escondidos bajo algunas capas de buenas intenciones, se encuentran los deseos que nadie se atreve a reconocer: la venganza, la autodestrucción, la culpa, el miedo a la victoria, la alegría macabra con las tragedias ajenas...
El Universo no juzga: conspira a favor de lo que deseamos. Por eso, el guerrero tiene el valor necesario para encarar las sombras de su alma, y procura iluminarlas con la luz del perdón.
El guerrero de la luz es señor de sus pensamientos.
Comprendiendo la rutina
A veces el camino del guerrero pasa por periodos de rutina. Entonces él aplica una de las enseñanzas de Nachman de Bratislava:
“Si no consigues concentrarte, o cierto día estás irritado, basta con que repitas una misma y sencilla palabra, pues esto le hace bien al alma. No digas nada más, limítate a repetir esta palabra sin parar, incontables veces. Dicha palabra acabará perdiendo su sentido, para a continuación ganar un nuevo significado. Dios abrirá las puertas, y tú acabarás empleando esta simple palabra para decir todo lo que querías”.
Cuando se ve forzado a repetir la misma tarea varias veces, el guerrero utiliza esta táctica, transformando su trabajo en oración.
Celebrando el año que termina
El guerrero vivió todos los días del año que acaba de pasar, y aun habiendo perdido grandes batallas, sobrevivió, aún está aquí. Eso ya es una victoria. Una victoria que costó momentos difíciles, noches de dudas, interminables días de espera. Desde los tiempos más remotos, celebrar un triunfo forma parte del propio ritual de la vida.
La celebración es un rito de pasaje.
Los compañeros presencian la alegría del guerrero de la luz, y piensan: “¿Por qué lo hace? Puede decepcionarse en su próximo combate. Puede atraer la furia del enemigo”.
Pero el guerrero conoce el motivo de su gesto. Él se beneficia del mejor regalo que la victoria puede darle: la confianza.
El guerrero celebra el año que termina, para tener más fuerzas en las batallas futuras.
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.
El Puente
Se cuenta que, cierta vez, dos hermanos que vivían en granjas vecinas, separadas apenas por un río, entraron en conflicto. Fue la primera gran desavenencia en toda una vida de trabajo uno al lado del otro, compartiendo las herramientas y cuidando uno del otro.
Durante años ellos trabajaron en sus granjas y al final de cada día, podían atravesar el río y disfrutar uno de la compañía del otro. A pesar del cansancio, hacían la caminata con placer, pues se amaban. Pero ahora todo había cambiado.
Lo que comenzara con un pequeño mal entendido finalmente exploto en un cambio de ásperas palabras, seguidas por semanas de total silencio. Una mañana, el hermano más viejo sintió que golpeaban su puerta. Cuando abrió vio un hombre con una caja de herramientas de carpintero en la mano.
- Estoy buscando trabajo -dijo este.- Quizás usted tenga un pequeño servicio que yo pueda hacer.
-¡Sí! - dijo el granjero - claro que tengo trabajo para usted. Ve aquella granja al otro lado del río. Es de mi vecino. No, en realidad es de mi hermano más joven. Nos peleamos y no puedo mas soportarlo. ¿Ve aquella pila de madera cerca del granero? Quiero que usted construya una cerca bien alta a lo largo del río para que yo no precise verlo más.
- Creo que entiendo la situación - dijo el carpintero. Muéstreme donde están las palas que ciertamente haré un trabajo que lo dejara a usted satisfecho.
Como precisaba ir a la ciudad, el hermano más viejo ayudo al carpintero a encontrar el material y partió.
El hombre trabajo arduamente durante todo aquel día. Ya anochecía cuando termino su obra. El granjero regreso de su viaje y sus ojos no podían creer lo que veían. ¡No había ningún cerco! En vez de cerco había un puente que unía las dos márgenes del río. Era realmente un bello trabajo, pero el granjero estaba furioso y le dijo:
- Usted fue muy atrevido en construir ese puente después de todo lo que yo le conté.Sin embargo, las sorpresas no habían terminado. Al mirar nuevamente para el puente, vio a su hermano que se acercaba del otro margen, corriendo con los
brazos abiertos. Por un instante permaneció inmóvil de su lado del río. Pero de repente, en un impulso, corrió en dirección del otro y ellos se abrazaron en medio del puente.
El carpintero estaba partiendo con su caja de herramientas cuando el hermano que lo contrato le dijo emocionado:
- ¡Espere! quédese con nosotros por algunos días.
El carpintero respondió:
- Me encantaría quedarme, pero, desgraciadamente tengo muchos otros puentes que construir.
Yo tengo un sueño...
"Sueño que un día los hombres se levantarán y percibirán que están hechos para vivir unos con otros como hermanos.
Ese día seremos juzgados por lo que somos y no por el color de la piel, todos los hombres respetarán la dignidad y el valor del ser humano.
Aún sigo soñando que las fábricas se abrirán, los estómagos vacíos se saciarán y la fraternidad será algo más que las palabras de una oración; y éste será el primer asunto en los programas de gobierno.
La justicia será abundante como el agua, el derecho será como el caudal de un río y en todas las naciones y gobiernos serán elegidos hombres que practiquen la misericordia y sean humildes ante Dios.
Sigo soñando que un día la guerra llegará a su fin, los hombres transformarán las espadas en arados, las lanzas en hachas y las naciones no se levantarán unas contra otras, y no se estudiará más el arte de la guerra:
el cordero y el león comerán juntos y todos los hombres podrán sentarse sobre su viña y nadie sentirá miedo.
Aquel día los valles serán exaltados, las montañas y las colinas serán aplanadas, La gloria del Señor será revelada.
Aún sigo soñando que con toda esta fe que seremos capaces de derrotar al desespero
y llevar una luz nueva a las cámaras oscuras del pesimismo; con esta fe apresuraremos la llegada del día en que habrá paz en la tierra y buena voluntad para todos los hombres, será un día de gloria: las estrellas de la mañana cantarán en coro y los hijos de Dios cantarán de alegría."
Martin Luther King
La Llave de la Felicidad
El Divino se sentía solo y quería hallarse acompañado. Entonces decidió crear unos seres que pudieran hacerle compañía. Pero cierto día, estos seres encontraron la llave de la felicidad, siguieron el camino hacia el Divino y se reabsorbieron a Él.
Dios se quedó triste, nuevamente solo. Reflexionó. Pensó que había llegado el momento de crear al ser humano, pero temió que éste pudiera descubrir la llave de la felicidad, encontrar el camino hacia Él y volver a quedarse solo. Siguió reflexionando y se preguntó dónde podría ocultar la llave de la felicidad para que el hombre no diese con ella. Tenía, desde luego, que esconderla en un lugar recóndito donde el hombre no pudiese hallarla. Primero pensó en ocultarla en el fondo del mar; luego, en una caverna de los Himalayas; después, en un remotísimo confín del espacio sideral. Pero no se sintió satisfecho con estos lugares. Pasó toda la noche en vela, preguntándose cual sería el lugar seguro para ocultar la llave de la felicidad. Pensó que el hombre terminaría descendiendo a lo más abismal de los océanos y que allí la llave no estaría segura. Tampoco lo estaría en una gruta de los Himalayas, porque antes o después hallaría esas tierras. Ni siquiera estaría bien oculta en los vastos espacios siderales, porque un día el hombre exploraría todo el universo. "?Dónde ocultarla?", continuaba preguntándose al amanecer. Y cuando el sol comenzaba a disipar la bruma matutina, al Divino se le ocurrió de súbito el único lugar en el que el hombre no buscaría la llave de la felicidad: dentro del hombre mismo. Creó al ser humano y en su interior colocó la llave de la felicidad.
*El Maestro dice: Busca dentro de ti mismo. "Desafía" a Dios y róbale la suprema felicidad.
Triple Filtro
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?.
Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen.
Yo lo llamo el examen del triple filtro.
¿Triple filtro?.
Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?.
No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...
Está bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?.
No, por el contrario...
Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.
Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?.
No, la verdad es que no.
Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?.
2 comentarios:
Todo es poco para alguien tan grande!!!!!!
Y todos necesitariamos varias vidas para agradecerle todo lo que nos ha dado... empezando por vosotras!
Bueno, mi segundo padre y maravilloso padre!! estoy leyendo estas páginas de periódico y a pesar de estar en el trabajo me estoy conteniendo para no emocionarme!Sabes que te quiero muchísimo, que te admiro. Eres la mejor persona que jamás he conocido, con una belleza interior que deslumbra y que me emociona. Por eso te elegí mi padrino de confirmación hace ya casi 10 años...
Me alegro infinito de este homenaje que te mereces más que nadie...me hubiera gustado tanto compartir con toda la familia un día así...! en momentos como este se hace horrible la distancia!
Sólo quiero deciros que, a pesar de que la vida haga cada vez más difícil que nos veamos todo lo que quisiéramos, os llevo conmigo y seguirá siendo así siempre. Quiero que seáis abuelos y tías de mis hijos el día de mañana (que ya no será tan mañana!)y que sepáis que vuestra "Cristi" siempre está ahí para vosotros.
Ya estoy llorando, qué tonta! (Javier no te rías!)
Este es mi pequeño homenaje, el abrazo te lo daré fuerte cuando te vea!
Padrino, te quiero mucho
Familia, lo mimso.
Gracias por todo lo que me habéis dado.
Un millón de besos,
CRISTI
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